La familia como grupo social: una importante vinculación de la arquitectura con la emoción de la reunión familiar.
En las últimas décadas, han surgido muchos cambios importantes en la sociedad, y la familia no es una excepción.
Estos cambios han provocado que las estructuras hayan cambiado creando diferentes tipos, sin embargo, la familia sigue siendo importante y la base como grupo social primario en el que sus miembros se relacionan por vínculos de parentesco o lazo, en el que se asumen roles y jerarquías a partir del desempeño de ciertas funciones que hacen posible la formación de la persona mediante interacciones significativas que se den hacia el interior del grupo, favoreciendo el desarrollo de las habilidades psicosociales que le permitan integrarse a un sistema sociocultural.
Los distintos tipos de familia que hoy existen, poseen sus propias características, sin embargo, en la matriz de su relación, los une siempre el vínculo de la decisión de permanecer y crear una conexión mayor a la sangre.
Para cohesionar los vínculos, normalmente se utilizan reuniones familiares en espacios establecidos para dicho fin, y que dichos espacios sean cómodos, seguros, vinculantes y que con el tiempo y sentido, son lugares que desarrollan una fuerte carga emocional como por ejemplo, las reuniones en la “casa de los tatas”.
Ese espacio, ya queda en el inconsciente de la tribu y crea recuerdos grabados a fuego en la memoria de los participantes.
Es en base a esa reflexión, que la importancia de las reuniones familiares son las que nos ayudan a crear un vínculo más fuerte con los nuestros.
Las reuniones familiares son las encargadas de crear conexión entre los miembros de una familia, son las que dan forma a las relaciones y ayudan a resolver las cosas con calma cuando en algún momento, se tensan.
Las reuniones familiares ayudan a que los hijos aprendan a resolver los problemas. También, ayudan a los niños a que se sientan integrantes y a que tengan un estupendo sentimiento de pertenencia.
Estos lugares deben diseñarse desde la emoción y con sentido de pertenencia para cada familia. Son espacios que generan recuerdos y deben adecuarse a cada situación, considerando que los rituales se crean a medida que la conexión con el espacio va tomando sentido.
Las características de estos lugares son que deben ser espacialmente amplios para el juego y la relación con la naturaleza y los otros miembros, en donde los niños pueden explorar y relacionarse entre ellos y con los adultos, en donde las familias pueden compartir su experiencia de educar y hacer crecer sus hijos, entregando una niñez más rica y placentera.
Profundizando, la familia es quizás un grupo humano que se distingue del resto por los vínculos de sangre o adopción que la colocan en una situación única sobre el resto de los grupos, donde cierto número de personas se reúnen en un determinado espacio- tiempo, en el que por medio de interacciones e intercambios psico-afectivos cumplen con una tarea.
No obstante, al abordar a la familia como un grupo social, asumimos que se encuentra regida por los mismos principios y fundamentos del resto de los grupos, es decir, que posee un mismo sistema de interacciones, configurándose una determinada estructura de relaciones a partir de la cohesión, las alianzas y la dirección de la comunicación, presentando una diferenciación entre sus miembros con respecto a los roles y tareas específicas que desempeñan y que permiten la identificación de liderazgos con distintas características y estilos (Munné, 1995).
PALABRAS CLAVES: HOGAR,JUEGOS, FAMILIA, CONEXIÓN, SEGURIDAD, HIJOS, NIÑOS, VIVIR JUNTOS,, NATURALEZA, RECUERDOS, NIETOS, REUNIÓN FAMILIAR.
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